La acacia
Entre palacios viejos y ruinosos
Dos hileras de lánguidas acacias
En el vetusto pueblo castellano
Adornan la plazuela solitaria…
En medio de la plaza, de una fuente
Se oye el continuo susurrar del agua,
Donde las tardes a llenar su cántaro
Van en alegres grupos las criadas…
En un poyo sentado, su periódico
Lee un noble anciano de nevada barba…
En la vieja mansión suena un piano…
Un jilguerillo canta en las acacias…
M. García
Mayo 1922